Se va a echar de menos la vidorra del aula, sin duda uno de los mejores curros del mundo.
Gran experiencia, grandes vivencias, grandes vicios, muchas risas, muchos ratos muertos y mucha gente.
Por esa maldita sala han pasado rufianes como la copa de un pino, bultos que eran como invisibles, tipos raros (mucho más que nosotros), gente superamena que alegraba las tardes, y por supuesto la loca, la otra loca, la vieja, el pesao, el amigo del pesao, el bujarra, la pfff, la bufas, la amiga de la bufas y un largo etcétera de apodos cariñosos que solamente desaparecían cuando conseguíamos identificar por los nombres.
Igual que ellos con nosotros, imagino.
En fin, os dejo con los dos sonidos que más caracterizan a un servidor y a su pareja laboral: Un temazo y otro.
PD: Aunque pongáis que es un trabajo, sabemos que son apuntes...
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